¿Sabes qué es la "cultura de la dieta"? Consiste en llevar un control exhaustivo de la forma de comer, los tiempos para hacerlo y las cantidades a ingerir en cada comida. Desde hace muchos años, bastantes personas han llevado este patrón de alimentación. Los medios, médicos y la cultura popular han extendido la creencia de que ciertos alimentos son malos mientras que otros son premiados. Todo para mantener nuestro peso corporal a raya. Sin embargo, ahora ha ganado peso otro enfoque nutricional llamado la alimentación intuitiva.
¿Qué es la alimentación intuitiva?
Es una nueva forma de abordar la nutrición de las personas. Esta manera de comer te invita a conectar con tus señales naturales de hambre y saciedad para dejar a un lado las reglas impuestas para las dietas. El concepto comenzó en los años 90 cuando fue desarrollado por dos nutricionistas: Evelyn Tribole y Elyse Resch. Se basa en hacer las paces con la comida, honrar el hambre y respetar el cuerpo. Los nutricionistas, centros de formación como FiveStars Fitness o entrenadores más modernos, ya utilizan un enfoque más flexible y actualizado.
A diferencia de las dietas tradicionales, que suelen tener una fecha de inicio y otra de “fracaso”, la alimentación intuitiva no busca la pérdida de peso como objetivo central. Su meta es reconstruir una relación sana, pacífica y sostenible con la comida.
¿Por qué este enfoque está ganando terreno?
Porque, tras años probando dietas restrictivas con efectos de rebote y ansiedad, muchas personas están hartas. La alimentación intuitiva ofrece una alternativa flexible y más llevadera. Numerosos estudios demuestran sus beneficios: provoca menos trastornos alimentarios, menos estrés, fomenta una mejor autoestima corporal y mejora los indicadores de salud metabólica.
Además, con el auge de movimientos como el "body neutrality" y las críticas al ideal de delgadez impuesto, se está produciendo un cambio cultural para aceptar cuerpos diversos y promover la salud sin obsesionarse con el peso.
¿Significa comer cualquier cosa y cuando sea?
No exactamente. Alimentarse de forma intuitiva no quiere decir comer con descontrol, por antojo o sin límites. Al contrario, implica una escucha activa del cuerpo y mantener una relación consciente con la comida. Hay que aprender a reconocer las emociones que nos llevan a comer (el estrés, aburrimiento, tristeza...) para ser capaz de diferenciar el hambre física de la emocional. Al final se trata de que aprendamos a nutrirnos sin sentimientos de culpa.
También tiene cabida la nutrición gentil, que consiste en tomar decisiones alimentarias considerando tanto el placer como el bienestar físico, sin caer en la rigidez ni el autojuicio.
El dilema con la "cultura de la dieta"
Hoy en día, la cultura de la dieta se disfraza de “salud” o “bienestar”. Sin embargo, muchas veces sigue promoviendo mensajes restrictivos y obsesivos. Ciertas frases como “culpa después de comer”, “castigarse en el gimnasio” o “comida trampa” perpetúan una relación dañina con el cuerpo y los alimentos.
Romper con la "cultura de la dieta" no significa descuidarse, sino redefinir la salud como un equilibrio entre el cuerpo, mente y emociones.
Conclusión
La alimentación intuitiva no es una moda pasajera, sino volver a lo esencial. Es comer con conciencia, respetándose a uno mismo y sin miedo. Es una herramienta poderosa para salir del ciclo de las dietas y reconectar con el cuerpo desde el respeto, no desde el control.